El celoso, doliente y sin cenar, muriéndose
de frío, casi toda la noche estuvo con sus armas junto a la puerta
esperando que llegase el cura; y acercándose el día, no pudiendo
velar más, en la alcoba del piso bajo se durmió. Luego, cerca de
tercia levantándose, estando ya abierta la puerta de la casa,
fingiendo venir de fuera, subió a su casa y almorzó. Y poco después,
mandando un muchachito a guisa del monaguillo del cura que la había
confesado, le preguntó si quien ella sabía había vuelto allí. La
mujer, que muy bien conoció al mensajero, repuso que no había venido
aquella noche y que, si así hacia, podría írsele de la cabeza por
más que ella no querría que de la cabeza se le fuese. ¿Qué debo
deciros ahora? El celoso estuvo muchas noches queriendo coger el
cura a la entrada, y la mujer continuamente con su amante
pasándoselo bien. Al final el celoso, que más no podía aguantar, con
airado rostro preguntó a la mujer qué le había dicho al cura la
mañana que se había confesado. La mujer repuso que no quería
decírselo porque no era cosa honesta ni conveniente. El celoso le
dijo:
-Mala mujer, a pesar tuyo sé lo que le
dijiste, y tengo que saber quién es el cura de quién estás tan
enamorada y que contigo se acuesta todas las noches por sus
ensalmos, o te cortaré las venas. La mujer dijo que no era verdad
que estuviera enamorada de un cura. -¿Cómo? -dijo el celoso-. ¿No le
dijiste esto y esto al cura que te confesó? La mujer dijo:
-No que te lo hubiera contado sino que
hubieras estado presente parece; pero sí que se lo dije. -Pues dime
-dijo el celoso-, quién es ese cura y pronto.
La mujer se echó a reír y dijo:
-Me agrada mucho cuando a un hombre sabio
lo lleva una mujer simple como se lleva a un borrego por los cuernos
al matadero; aunque tú no eres sabio ni lo fuiste desde aquel
momento en que dejaste entrar en el pecho al maligno espíritu de los
celos sin saber por qué; y cuanto más tonto y animal eres mi gloria
es menor. ¿Crees tú, marido mío, que soy ciega de los ojos de la
cara como tú lo eres de los de la mente? Cierto que no; y mirando
supe quién fue el cura que me confesó y sé que fuiste tú; pero me
propuse darte lo que andabas buscando y te lo di. Pero si hubieses
sido sabio como crees, no habrías de aquella manera intentado saber
los secretos de tu honrada mujer, y sin sentir vanas sospechas te
habrías dado cuenta de que lo que te confesaba era la verdad sin que
en ella hubiera nada de pecado. Te dije que amaba a un cura; ¿y no
eras tú, a quien equivocadamente amo, cura? Te dije que ninguna
puerta de mi casa podía estar cerrada cuando quería acostarse
conmigo; ¿y qué puerta te ha resistido alguna vez en tu casa donde
allí donde yo estuviera has querido venir? Te dije que el cura se
acostaba conmigo todas las noches; ¿y cuándo ha sido que no te
acostases conmigo? Y cuantas veces me mandaste a tu monaguillo,
tantas sabes, cuantas no estuviste conmigo, te mandé a decir que el
cura no había estado. ¿Qué otro desmemoriado sino tú, que por los
celos te has dejado cegar, no habría entendido estas cosas? ¡Y te
has estado en casa vigilando la puerta y crees que me has convencido
de que te has ido fuera a cenar y a dormir! ¡Vuelve en ti ya y hazte
hombre como solías ser y no hagas hacer burla de ti a quien conoce
tus costumbres como yo, y deja esa severa guarda que haces, que te
juro por Dios que si me vinieran ganas de ponerte los cuernos, si
tuvieras cien ojos en vez de dos, me daría el gusto de hacer lo que
quisiera de guisa, que tú no te enterarías! El desdichado celoso, a
quien le parecía haberse enterado muy astutamente del secreto de la
mujer, al oír esto se tuvo por burlado; y sin responder nada tuvo a
la mujer por sabia y por buena, y cuando tenía que ser celoso se
despojó de los celos, así como se los había vestido cuando no tenía
necesidad de ellos. Por lo que la discreta mujer, casi con licencia
para hacer su gusto, sin hacer venir a su amante por el tejado como
los gatos sino por la puerta, discretamente obrando luego, muchas
veces se dio con él buenos ratos y alegre vida.
PREGUNTAS
1.- EXPLICA LOS MOVIMIENTOS CULTURALES EN LA ÉPOCA DE BOCCACCIO
2.- BUSCA INFORMACIÓN SOBRE EL DECAMERÓN Y EL RESTO DE LA OBRA DE BOCCACCIO
3.-Explicar el tema del fragmento y su relación con el resto de la obra
4.- Los aspectos formales del texto
5.- Comentario crítico, valoración personal, relación con nuestro tiempo y con otras manifestaciones artísticas.
PARA ELABORAR EL COMENTARIO CONSULTA EL MATERIAL QUE HAY EN EL BLOG Y BUSCA INFORMACIÓN EN INTERNET
No hay comentarios:
Publicar un comentario