“¡Qué necios aquellos que no ven que en realidad no es importante la
posición en sí, y que los que están ubicados en el primer puesto casi
nunca juegan realmente el primer papel! ¡Cuántos reyes son gobernados
por sus ministros y cuántos ministros por sus secretarios! ¿Y quién es
entonces el primero? Aquél, creo yo, que supera a los otros y además
dispone de tanta fuerza y viveza como para aprovecharse del ímpetu y las
pasiones ajenas en la consecución de sus propios fines”.
"El hombre que por voluntad de otros, sin seguir sus inclinaciones o
su propia necesidad, se consume trabajando por el dinero o por los
honores, será siempre un loco."
"Mucho podría decirse en pro de las reglas, casi tanto puede decirse
en alabanza de la sociedad burguesa. Quien se forma con arreglos a ella
nunca producirá algo malo o de mal gusto, lo mismo que el que se deja
guiar por las leyes y los buenos modales nunca podrá ser un vecino
inaguantable ni un singular malvado, pero, dígase lo que se diga,
¡También las reglas destruyen el verdadero sentimiento de la naturaleza y
la auténtica expresión!"
"Los sufrimientos de los hombres serían más leves si éstos -¡sabe
Dios por qué los hizo así!- no se dedicasen con tal encono de la
imaginación a evocar los recuerdos de los males pasados antes que a
afrontar un ahora indiferente."
"Los malentendidos y la pereza acarrean más desaciertos en el mundo
que la perfidia y la maldad juntas. Al menos estas dos son
incuestionablemente más escasas."
"Mi corazón, este corazón, única cosa que me enorgullece, única
fuente de fuerza, de felicidad y de infortunio. ¡Ah! Lo que yo sé
cualquiera lo puede saber; pero mi corazón sólo lo tengo yo."
"Si pudiera un momento, uno solo estrecharla contra mi corazón, todo este vacío se llenaría."
"A nadie en este mundo le es fácil entender a los demás."
"Ella se detuvo, se apoyó de codos y su mirada penetró el paisaje:
miró al cielo y me miró a mí, y vi sus ojos llenos de lágrimas: puso su
mano en la mía y dijo "¡Klopstock!". Recordé en seguida su grandiosa
oda, en que ella pensaba, y me sumergí en el torrente de impresiones que
derramaba sobre mí en aquel momento."
"¿Qué otro destino le cabe al hombre sino el de llenar todo el camino con sus dolores, y apurar su cáliz hasta las heces?"
"¡Vayan al diablo los razonadores!"
" Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo no halla nada."
" Las flores de la vida no son sino vanas vivencias. ¡Cuántas se
marchitan sin dejar el más mínimo rastro! ¡Cuán pocas fructifican y qué
pocas de estas frutas llegan a madurar! Y sin embargo,[...] ¿podemos no
hacer caso de los frutos maduros, despreciarlos y dejarlos pudrir sin
disfrutarlos?"
" ¿Un ángel! ¿Bah! Es lo que dicen todos de la suya, ¿no es cierto?
Y, sin embargo, no puedo decirte hasta qué punto es perfecta, ni por qué
es perfecta... Basta. Ha cautivado todos mis sentidos.
" Todo lo que diga sobre ella, no es más que vana palabrería,
abstracciones molestas que no expresan uno solo de los rasgos de su
carácter.
" Vivo días tan felices como los que Dios reserva a sus santos, y de
mí puede ser lo que quiera, no podré decir que no he gozado los
placesres, los más puros placeres de la vida.
" He meditado mucho acerca del ansia que tiene el ser humano de
explayarse, de hacer nuevos descubrimientos, de andar vagando de aquí
para allá, para luego, sobreponiéndose a ese impulso interno, de nuevo
consagrarse voluntariamente a la limitación, volviendo al curso de la
costumbre, sin preocuparse por lo que ocurre a derecha e izquierda.
La raza humana es harto uniforme. La inmensa mayoría emplea casi
todo su tiempo en trabajar para vivir, y la poca libertad que les queda
les asusta tanto que hacen cuanto pueden por perderla. ¡Oh, destino del
hombre!
La poca libertad que nos queda nos asusta tanto que hacemos cuanto podemos para perderla.
Vemos gente feliz que no nos debe su felicidad, y esto nos es insoportable.
Siempre se ha dado el nombre de beodo o insensato a todos los
hombres extraordinarios que han hecho algo grande, que parecía
imposible.
Cuando el hombre no se encuentra a si mismo no encuentra nada.
Si fuera algo más superficial sería el hombre más feliz de la tierra.
Cada vez que veo cómo son los demás, estoy mucho más contento de ser como soy.
Cada día me convexo más de lo estúpido que es querer juzgar a los demás.
Dejaría de buen grado seguir a todos su camino si ellos me dejaran andar a mí por el mío.
En el fondo lo único que quiero es aproximarme más a Carlota.
Que diferente me parece todo cuando camino por los lugares que atravesamos aquel día.
Sólo dios sabe cuántas veces me he dormido con el deseo y la esperanza de no despertar jamás.
Quererla es pecado…. ¿Pecado?
"¡Siento tantas cosas… y mi pasión por ella devora todo! ¡Tantas
cosas! Y sin ella, todo se reduce a nada." (27 de octubre, por la
tarde.)
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