martes, 21 de enero de 2014

MATERIALES PARA EL ESTUDIO DE BAUDELAIRE


1. BAUDELAIRE Y SU ÉPOCA
El fracaso de los ideales románticos llevó a los escritores, especialmente los novelistas, de la segunda mitad del XIX a la observación realista de la realidad. Sin embargo, simultáneamente la poesía emprende otros caminos: la exploración de la propia interioridad y la búsqueda de la belleza a través de la palabra. El iniciador de esta tendencia es Charles Baudelaire, con su obra Las flores del mal.
La crisis del positivismo se inicia paralelamente a su propio desarrollo, aunque alcanza su mayor dimensión a partir de 1875. Sus raíces son filosóficas: Swedenborg, Schopenhauer, Kierkegaard o Nietzsche se opusieron a la filosofía racionalista. Swedenborg considera que la naturaleza es un obstáculo para alcanzar lo divino, pero al mismo tiempo ofrece al poeta infinidad de símbolos que le permiten acceder a lo misterioso y lo absoluto. Schopenhauer entiende al hombre como un ser que se ve obligado a desear continuamente, persiguiendo metas que nunca llegará a alcanzar: de ahí su profundo pesimismo. También Kierkegaard y Nietzsche conciben la existencia humana llena de dudas e inseguridades, en un mundo que la razón no puede explicar. Es la crisis del positivismo y el punto de partida de las filosofías irracionalistas y existencialistas de la primera mitad del siglo XX. (SIGUE)



Esta nueva visión del hombre y el mundo no puede ser expresada ni por la poesía romántica -excesivamente sentimental y emotiva- ni por la literatura realista -demasiado atenta a la realidad y al servicio de una ideología, ya sea de signo burgués o socialista-. Es necesaria una nueva poesía no utilitaria, en la que la obra no se convierta en una confesión de sentimientos arrebatados ni en un espejo interesado de la realidad.
Las primeras manifestaciones de la nueva poesía son las obras de Edgar Allan Poe y de Charles Baudelaire, que tradujo al francés los textos de Poe. Para ambos la poesía, y el arte en general, tiene como objetivo la belleza absoluta. Pero esta belleza absoluta es un misterio, algo inalcanzable para el hombre. El artista se mueve siempre en los límites de un abismo: entre los divino y lo humano, entre lo visible y lo invisible, entre lo consciente y lo inconsciente. La naturaleza -la vida- se entiende como una visión, una correspondencia del cielo en la tierra. Y los poemas transmiten el significado mediante símbolos, que pueden adquirir más de un nivel de significación.
Poe y Baudelaire son seguidos por diferentes tendencias poéticas, tanto en Europa como en América. En primer lugar, el Decadentismo, movimiento en el que suele incluirse a los propios Poe y Baudelaire. Los decadentistas rechazan la sociedad burguesa y adoptan una actitud de superioridad que les lleva a transgredir la moral y a complacerse en lo morboso. Se trata en realidad de una actitud estética, que acompañan con costumbres e indumentarias particulares -el dandismo-. El prototipo del héroe decadentista está retratado por Huysmans en su novela Contracorriente: excéntrico, individualista, anticonvencional, exageradamente refinado y elegante, enemigo de la realidad y de lo vulgar...
En Francia surgen después dos movimientos poéticos de gran importancia: el Parnasianismo y el Simbolismo. El Parnasianismo, defiende una poesía no sentimental, donde se unan arte y ciencia para alcanzar la belleza. La poesía ha de ser muy elaborada, de gran perfección formal. Su representante principal es Leconte de Lisle. El Simbolismo concibe la poesía como la expresión de sugerencias sensoriales -forma, color, música, efectos visuales- mediante el uso de metáforas e imágenes... Los poetas se expresan por medio de símbolos, que no significan, sino que sugieren, porque lo sugerido se abre a múltiples significados. Los principales poetas simbolistas son los llamados “poetas malditos”: Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. La influencia del Simbolismo en la literatura y el arte posteriores es de enorme importancia.
Además de en Francia, la nueva poesía se extiende por otros países, tanto en Europa como en América. En Inglaterra se impone el Prerrafaelismo, inciado por John Ruskin. En Portugal surge la “Generación de Coimbra”, encabezada por Antero de Quental. En Hispanoamérica nace el Modernismo, iniciado por José Martí y Rubén Darío, que tendría enorme influencia en la literatura española. Y en Estados Unidos aparece la figura fundamental de Walt Whitman, autor del poemario Hojas de hierba: se trata de una obra central en la literatura norteamericana, en la que canta al gozo de la vida, situando al hombbre en el centro del universo, incluso al margen de Dios. Exalta el cuerpo, la individualidad, el sexo y la tierra americana, tanto los paisajes urbanos como los rurales y la gente que los habita.
Aunque la novela es el género característico de la nueva sensibilidad antirrealista, también la novela ofrece ejemplos de superación del realismo: las novelas decadentistas de Gabriel D'Annunzio (El placer); el esteticismo de Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray); la novela de aventuras de Stevenson (La isla del tesoro, El extraño caso del Dr. Jehyll y Mr. Hyde), Conrad (El corazón de las tinieblas) o Kipling (El libro de la selva); o la novela fantástica de Julio Verne (Viaje al centro de la Tierra, La vuelta al mundo en ochenta días) y Lewis Carroll (Alicia en el país de las maravillas, Alicia a través del espejo).
Charles Pierre Baudelaire fue un poeta, crítico de arte y traductor francés. Fue llamado poeta maldito, debido a su vida de bohemia y excesos, y a la visión del mal que impregna su obra. Fue el poeta de mayor impacto en el simbolismo francés. Nació en París el 9 de abril de 1821. Su padre, Joseph François Baudelaire, ex-seminarista, antiguo preceptor, fue también profesor de dibujo, pintor y funcionario jefe del Despacho de la Cámara de los Pares. Joseph le enseñó las primeras letras. Cuando nació Charles, su padre tenía la edad de sesenta años, y un hijo, Claude Alphonse, fruto de su primer matrimonio. Su madre fue Caroline Archimbaut-Dufays, quien no llegaba a los treinta años al nacer Baudelaire. Era hija de emigrantes franceses a Londres durante la revolución de 1793. Enseñó inglés a su hijo.
Fue criado por la sirvienta de la familia. Se conoce muy poco sobre ella, Mariette, pero se intuye que debió de tener gran peso en la familia. Baudelaire la recuerda en un poema aparecido en Las flores del mal.
Joseph François Baudelaire falleció en 1827, cuando Charles tenía seis años. Dejó una pequeña herencia. Su madre cambió de residencia y, a los veinte meses, Caroline se casó por conveniencia con Jacques Aupick, un vecino suyo de cuarenta años que llegará a ser general comandante de la plaza fuerte de París. Es probable que fuesen amantes antes de contraer matrimonio. Baudelaire con ello recibió un gran impacto emocional, viviéndolo como un abandono. Nunca llegó a tener buenas relaciones con Aupick, a quien siempre odió.
 Fue expulsado del colegio y desechó la carrera diplomática para dedicarse a la literatura. Frecuentó grupos literarios y se movió por los bajos fondos, donde conoció a la mulata Jeanne Duval, con la que mantuvo una tormentosa relación durante toda su vida. Probablemente fue también entonces cuando contrajo sífilis, enfermedad cuyas secuelas acabarían causándole la muerte.
Al cumplir 21 años recibió la herencia paterna, que casi agotó en gastos compulsivos: fiestas, ropas caras, antigüedades, regalos… Su padrastro intervino y le retuvo el resto de la herencia, dejándole una pequeña pensión. Baudelaire rechazaba radicalmente la vulgaridad, lo que le llevó a adoptar actitudes e indumentarias extravagantes: se consideraba un dandy, por completo alejado del materialismo burgués. Intentó ganarse la vida como crítico de arte en los famosos Salones parisinos, como traductor de Poe y como conferenciante, sin lograr nunca el éxito en ninguna de estas actividades.
Consumidor de hachís, constantemente asediado por las deudas, con continuas crisis en su enfermedad y en su relación con Jeanne Duval, en 1856 publicó Las flores del mal, obra que fue inmediatamente atacada por atentar contra la moral pública: esto le ocasionó una multa y la prohibición de seis de sus poemas. Enfermo y endeudado, murió en París en 1867, tras sufrir en Bélgica una parálisis a consecuencia de la sífilis que padecía.

Las influencias más importantes sobre él fueron Théophile Gautier, Joseph de Maistre y Edgar Allan Poe. Baudelaire pertenece a una contemporaneidad surgida de la Revolución Francesa y que invade en ésta época de tópicos y tensiones las conciencias de los humanos. Para Baudelaire la contemporaneidad no es el mundo nuevo que la Razón quiere hacer surgir de las investigaciones si no que es simplemente la vida concreta y cotidiana del hombre en el mundo contemporáneo que vive entre el pasado y el futuro. Intentó encontrar un camino personal en medio de una época de transformaciones y replanteamientos en el campo de los valores estéticos. El romanticismo estaba siendo suplantado por el esteticismo. La modernidad estaba siendo concebida como el resultado necesario de las ciencias y el progreso técnico, debido a que el método que usaban empezaba a convertirse en campos del pensamiento y la cultura.
Para algunos Baudelaire fue la crítica del Romanticismo, para otros el precursor del simbolismo, aunque tal vez haya sido ambas cosas al mismo tiempo. Abrió el camino de la poesía moderna. Baudelaire no acepta el Romanticismo como había sido entendido hasta entonces. Para él ser romántico es dar prioridad al dinamismo interior del alma, a la visión íntima de los seres y las cosas, al poder creador y organizador de la intuición y de la imaginación.
               Baudelaire está considerado con razón como el “padre de la poesía moderna”. Fue un poeta de mayor impacto en el Simbolismo francés. El poeta se convertiría, asimismo, en precursor del Decadentismo del fin del siglo: el dandismo y el malditismo como rechazo de la moral burguesa, el simbolismo como modo de lectura de la realidad, la modernidad de la ciudad, en fin, como tema literario.
               Desde el punto de vista literario, son varias y de diversa naturaleza las corrientes que coinciden en este periodo literario finisecular o Posromanticismo conocidas como Esteticismo. No obstante, esta serie de tendencias (Decadentismo, Prerrafaelismo, Parnasianismo, Simbolismo), surgidas de la crisis del positivismo, comparten unas características comunes:
1.  Oposición al sentimentalismo de origen romántico.
2.  Rechazo de los ideales de la burguesía.
3.  Afán de rebeldía individual y social.
4.  Concepción no utilitaria del arte y de la literatura: se busca la belleza en sí misma, frente a la llamada poesía útil, comprometida con una causa.
5.  Defensa de la absoluta autonomía del arte.
               A finales del siglo XIX, con el surgimiento de la literatura moderna, se experimentará por caminos no transitados hasta entonces y se propondrán nuevas formas de expresión artística. Como iniciadores de la modernidad señalamos, sin duda, a Baudelaire en Europa con la publicación de Las flores del mal y al norteamericano Walt Whitman con Hojas de hierba.



2. LAS FLORES DEL MAL Y LA OBRA DE BAUDELAIRE
La obra de Baudelaire es breve y escasa, salvo los numerosos escritos de crítica de arte. Su primera obra en una novela corta, La Fanfarlo, un autorretrato como dandy. El mismo sentido autobiográfico tiene su breve texto Mi corazón al desnudo. En Los paraísos artificiales analiza los efectos del alcohol y el opio, sobre los que mantiene una posición ambivalente de rechazo y entusiasmo. Su obra se completa con dos poemarios fundamentales: Las flores del mal y los Pequeños poemas en prosa, también conocidos como Spleen de París.

LAS FLORES DEL MAL
Las flores del mal recoge los poemas que Baudelaire escribió entre 1840 y 1866. Ya en 1841 Baudelaire había anunciado la publicación de un libro titulado Las lesbianas, que nunca llegó a ser publicado. Luego lo anunció como Los limbos, en 1850 y 1851, sin que tampoco tuviese lugar su publicación. Finalmente, en junio de 1857 se publica su libro con el título de Las flores del mal. El libro constaba de un prólogo –“Al lector” y cien poemas agrupados en cinco secciones: “Soleen e ideal”, “El vino”, “Flores del mal”, “Rebelión” y “La muerte”. Seis de los poemas fueron eliminados por la censura por atentar contra la moral pública y religiosa. La siguiente edición es de 1861: contiene 35 nuevos poemas y añade otra sección: “Cuadros parisinos”. La edición póstuma de 1868 no añade nuevos poemas, sólo algunos reescritos.
Las flores del mal sorprendió a sus contemporáneos por su originalidad. El realismo de sus imágenes, el feísmo incluso, la violencia, junto al clasicismo de la forma eran absolutamente novedosos. Baudelaire exalta el dandismo y el malditismo como rechazo de la moral burguesa y defiende el simbolismo como modo de interpretación de la realidad. Su idea central es mostrar la maldad de los hombres, al mismo tiempo que encuentra en la bajada a los infiernos de esa maldad una respuesta al “spleen”, al hastío vital. Otros han visto en el libro una especie de moral inversa: mostrar el vicio y el horror para evitarlos.
En cualquier caso, Las flores del mal es el punto de partida de la poesía moderna y Baudelaire probablemente el más importante poeta del siglo XIX. Su valor es múltiple: lleva hasta las últimas consecuencias la concepción visionaria de la poesía –herencia romántica-: el poeta es aquel que ve más allá y es capaz de expresar la verdad profunda de las cosas. Supera el prosaísmo realista y la grandilocuencia romántica. Es precursor de las tendencias poéticas posteriores: simbolismo, decadentismo, malditismo… Y, sobre todo, anticipa el nihilismo de la literatura contemporánea frente a un mundo desencantado, mecanizado y vulgar.               La ordenación interna de los poemas no sigue un orden cronológico, sino psicológico, es la trayectoria del alma del poeta, que oscila siempre entre dos polos extremos: entre la amargura, el dolor, la miseria de la condición humana (spleen) y la aspiración hacia una elevación o esfera espiritual o superior que supere y trascienda todo (ideal).
               Baudelaire defiende la teoría de las correspondencias, según la cual todo objeto, ser o sensación es símbolo –correspondencia- de otra realidad. Esta visión mistérica y casi mágica de la realidad se convertirá, años más tarde, en uno de los preceptos básicos de la poesía simbolista, que tomará a Baudelaire como modelo.
               Además en esta obra Baudelaire creó el tópico del poeta maldito y rechazado por la sociedad, que se inspira en el modelo del antihéroe romántico. Esta visión bohemia y asocial será la clave en el Modernismo hispano.
               También reflexiona sobre la poesía; por medio de ella busca una belleza superior y no le importa que se enfrente a la moral o a los cánones tradicionales. El poeta encuentra belleza en la vida cotidiana de las ciudades y en sus gentes.

PEQUEÑOS POEMAS EN PROSA.
Los pequeños poemas en prosa, también conocido como El spleen de París, es una colección de 50 pequeños poemas escritos en prosa poética por Charles Baudelaire. El libro fue publicado póstumamente en 1869 como parte del IV tomo de las obras completas de Baudelaire. Es considerado uno de los mayores precursores de la poesía en prosa.
Son temas recurrentes en sus poemas: la melancolía, el horror al paso del tiempo, el deseo de infinito, la crítica corrosiva contra la religión y la moral, la burla contra los ideales que mueven a las personas y un asco enorme contra la sociedad y la hipocresía que la domina. Representa la ruptura definitiva de las formas poéticas clásicas.
LOS PARAÍSOS ARTIFICIALES.
Los paraísos artificiales es un ensayo de Charles Baudelaire publicado en 1860, donde el poeta narra su experiencia de hachís y de opio.
La expresión habría sido flores, pero las palabras "paraísos artificiales" designan en la actualidad toda droga consumida con el objeto de estimular la creatividad poética y la invención de imágenes inéditas. Estas experiencias con las drogas se integran en la concepción "decadente" de los "poetas malditos". La obra se divide en dos partes: Un comedor de opio y El poema del hachís.
LOS DESPOJOS.
Los despojos es una recopilación de inéditos y piezas condenadas de Charles Baudelaire. Fue publicada en Bruselas, bajo el cuidado de Poulet-Malassis, amigo de Baudelaire, a finales de 1865.
Baudelaire también escribió otras obras como :
-Du vin et du haschisch.
-L'Art romantique.
-El Pintor de la vida moderna.
-Curiosidades estéticas.



3. TEMAS DE LAS FLORES DEL MAL
El tema central de Las flores del mal es la exploración del mal y el hastío vital. Algunos críticos han creído ver en la obra una recreación de los círculos del Infierno descritos por Dante en la Divina Comedia. Otros proponen que Baudelaire plantea una moral inversa, por la que muestra el vicio para alejarnos de él. Otros sostienen que junto a la expresión del mal y el tedio, Baudelaire expresa también los posibles caminos de salvación.
Como temas generales, podemos exponer los siguientes:
·         Las correspondencias. Ya desde el Renacimiento surge una línea de pensamiento, que será desarrollada por los románticos, según la cual existe una analogía universal entre el macrocosmos y el microcosmos, entre la naturaleza y el espíritu. El mundo visible es una especie de jeroglífico en el que se escribe el mundo invisible, y es el poeta quien debe interpretarlo y transmitirlo. A esta idea Baudelaire añade las correspondencias “horizontales”, es decir, la analogía entre las diferentes percepciones: colores, sonidos, olores, que se confunden en una vasta unidad.
·         El artificio. Baudelaire rechaza la idea del valor de lo natural y espontáneo, y reivindica el artificio, la máscara, el mundo urbano... Sin embargo, no oculta su nostalgia por una época paradisíaca, en que el hombre podía vivir en plenitud casi animal.
·         El amor y el erotismo. La visión de este tema por parte de Baudelaire es también absolutamente original, totalmente alejada del petrarquismo clásico. Para eĺ el erotismo está vinculado a la transgresión, al pecado, a la perversión. Todo ello aumenta el goce -anticipa teorías psicoanalíticas de Freud-, las relaciones amorosas son sadomasoquistas. El fetichismo está presente en ellas. Y el objetivo final del amor no es, como en el petrarquismo, la ascensión, sino precipitarse en el abismo.
·         El mal. Describe un mundo en tensión entre al bien y el mal, entre el ángel y Satán. La conciencia de loa angélico hace más excitante la trasgresión, y por tanto más placentera. Conocer el valor de lo bueno, de lo luminoso, hace que el poeta se complazca más en hundirse en la tiniebla, en lo enfermizo, en el fracaso.
·         La evasión. Para Baudelaire el horror supremo es el spleen, la repetición monótona del tiempo, el hastío vital. Por ello su imaginación busca constantemente la evasión de la realidad, a través de la creación de paraísos artificiales, especialmente por medio del alcohol.
·         La marginalidad. Como otros artistas de su tiempo, Baudelaire rechaza los ideales burgueses, pero también las reivindicaciones proletarias. Por contra, expresa una especial ternura hacia los marginados, los dolientes, los desechos de una sociedad alienante y antihumana.
Especificando los temas por secciones:
·         Spleen e ideal: el tema central es la distancia entre la realidad (vital, poética) y el ideal, y las posibles vías de salvación: la poesía, la belleza, el mal, el amor.
-El mito de la mujer fatal (femme fatale): Es una mujer que le arrastra a la destrucción y que resulta siempre imposible de alcanzar. Ella le promete el placer más refinado, le exige que la idolatre, a cambio solo obtendrá la destrucción.
-La ciudad: Es multitudinaria y solitaria. En la gran urbe te sientes solo, se rompen las relaciones humanas y reina un caos tras la aparente normalidad.

·         Cuadros parisinos: describe la belleza de la ciudad, la novedad de lo efímero, el sentido de la vida moderna. La absorción anónima en la masa urbana se presenta como otra posibilidad de huida de la realidad.
·         El vino: elogio de los paraísos artificiales.
·         Las flores del mal: expresa la atracción irresistible del mal: la perversión, el sadismo, el vampirismo...
·         Rebelión: rechazo a las vías ortodoxas de salvación: Dios, la moral: reniega de la sumisión y exalta a los grandes rebeldes, como Caín o Satán.
·         La muerte: exalta la muerte como reacción frente al materialismo burgués, como estímulo de vida, como remedio del tedio.

4. ASPECTOS FORMALES Y ESTILÍSTICOS DE LAS FLORES DEL MAL
Baudelaire rechaza la composición de poemas largos, a la manera romántica o incluso de los primeros decadentistas. Se decanta por la brevedad y la concisión. Buena parte de la obra está compuesta en sonetos, aunque también utiliza otras variedades estróficas como el alejandrino, el heptasílabo y el eneasílabo, verso propio de la versificación francesa antigua.
En cuanto al estilo, la poesía de Baudelaire se fundamenta en el valor simbólico de sus imágenes. Los elementos que integran sus poemas adquieren nuevos significados en el contexto del poema, llegando a veces a sugerir varios niveles de significación. Los recursos estilísticos más habituales son:
·         Las metáforas e imágenes.
·         Las sinestesias.
·         La alegoría.
·         Las antítesis.
·         Las hipérboles.
·         Figuras declamatorias: exclamaciones, interrogaciones retóricas, apóstrofes.

5. ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO CRÍTICO

Hay dos aspectos interesantes sobre los que podéis reflexionar en el comentario: uno más específico de crítica literaria, y otro relativo al sentido de determinadas actitudes vitales.

En el primer apartado, podéis hablar sobre:

· La inspiración frente al orden y el trabajo, como métodos poéticos –y artísticos, en general-. Los románticos defienden la idea de la “musa inspiradora”, que es lo mismo que el genio creador más allá de la propia naturaleza del poeta. Sin embargo, a partir de Baudelaire –y Poe-, los poetas se fundamentan en el orden, en un trabajo casi “artesanal” de búsqueda constante de la belleza y de la forma ideal de expresarla. Es célebre la anécdota del poeta romántico francés Lamartine, que afirmaba haber compuesto su poema “El lago” después de una experiencia en una noche de tormenta. A su muerte se descubrieron varios borradores de este mismo poema, en los que había ido cambiando y rectificando cosas hasta llegar a la redacción definitiva, aquella que supuestamente había escrito de una sola vez, fruto de su inspiración. Esta despedida de las musas como fuente de la poesía es una de las principales características de la poesía moderna.
· La moralidad del arte: ¿debe el arte sostenerse sobre valores morales? Más aún: ¿puede el arte no ser moral? ¿Puede haber arte ideológica o moralmente perverso? ¿Puede ser la expresión del mal, de los vicios o los pecados fuente de belleza?

En cuanto al segundo apartado, podéis hablar sobre:

· Las actitudes de automarginación o autodestrucción. ¿Son errores de la voluntad, o pueden llegar a ser ejemplos de rechazo real al orden establecido?
· El valor de los diferentes roles sociales: en la época de Baudelaire, los dandys o los malditos; en la actualidad, cualquier manifiestación cultural o artística a contracorriente.

Os dejo algunos textos que os pueden servir de ayuda para inspiraros.

No sólo es un gran poeta, sino un gran poeta que es además el primer poeta moderno, el primer poeta que tuvo la vida moderna; y todos cuantos después de él hemos tratado de escribir versos, seamos del país que seamos, si tenemos conciencia de nuestra tarea, reconoceremos para con él una deuda considerable.
Luis Cernuda

Baudelaire odiaba el mal como una aberración (…) lo despreciaba por desagradable, ridículo, burgués y, de un modo especial, por asqueroso. Si en su obra abundan los temas repulsivos, sucios o enfermizos, es por esa especie de fascinación de lo perverso que hace caer al pájaro hipnotizado en las fauces hediondas de la serpiente. Pero frecuentemente su poesía, de un enérgico aletazo, rompe el hechizo malsano y asciende de nuevo hasta las regiones más puras de la espiritualidad.

T.Gautier: Baudelaire.


La característica de una obra de arte es la variedad de lenguajes que podemos encontrar en ella, y que nos permite siempre reinterpretaciones, relecturas en las que en cada ocasión encontraremos nuevos elementos. Encontramos la decadencia en el estilo en que esta redactada la obra, en la vida del poeta, en el lenguaje de su poesía que nos sumerge hasta lo más oscuro de la época, de los personajes e incluso de nosotros mismos. Nos hace descubrir la belleza del mal, que surge en condiciones deplorables, desoladas, con soles deslumbrantes, musas enfermas, viejos decrépitos, ciegos, esqueletos, fantasmas, prostitutas, niños, gatos, en un derroche de embriaguez, de orgías, de excesos, de placeres desmesurados, hasta el punto de desear la muerte, es la única esperanza que nos queda y la única certeza con la que contamos.

Estas flores del mal que abrieron el camino de nuevos escritores que siguieron el estilo de Baudelaire como; Mallarmé, Rimbaud. Verlaine, E.M Ciorán, Rubén Darío y Antonio Machado, etc.
A comienzos de los años 20 varios autores de primer nivel como Proust, Walter Benjamin y T.S. Eliot retoman el interés por el francés mediante diversos análisis, estudios, ensayos y artículos. En 1930, TS Eliot elabora su teoría de que Baudelaire que aún no era suficientemente respetado y valorado, incluso en Francia, sostiene que el poeta era "un genio", y añade que sus versos  son una fuente inagotable para los poetas futuros." Eliot afirmaba que la poesía relevante escrita en Inglés durante los veinte años anteriores había sido influida por Baudelaire.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, me encantó lo que escribió y fue de grandísima utilidad para entender más la poesía de Bauldelaire. Gracias

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